Metrópolis: la ciudad nunca duerme

Tower of Babel - Erich Kettelhut

La estupenda revista de cine Cahiers du Cinema (edición española), en su número 5 nos recuerda la fina pero potente relación arquitectónica entre los primeros planos aéreos de un spinner sobrevolando la gran urbe en la película Blade runner (todos tenemos esa secuencia clavada en nuestra retina) y el dibujo de Erich Kettelhut que reproduce una vista igualmente aérea de una torre rematada por una estrella de cinco puntas.

Fritz Lang utilizó este dibujo de Kettelhut, uno de sus directores artísticos, para una de las secuencias de Metrópolis en la que el protagonista mira desde el ventanal de un rascacielos la majestuosa ciudad futurista. Entre ambas películas distan cincuenta y cinco años, pero recrear universos temporales a los que tan sólo separa ocho años (el 2027 de Metrópolis y
el 2019 de Blade runner). Curiosamente la reciente Renaissance (Christian Volckman, 2006) recrea en alguno de sus fotogramas similar arquitectura. Y no tan recientes (Dark city, 2001: una odisea del espacio, Star wars, Matrix, el Batman de Burton, ...). Incluso el grupo musical Queen recrea la urbe de Lang en su videoclip del tema Radio ga ga.


Cuentan que Lang se inspiró en la fascinación que le causó la arquitectura neoyorquina al llegar allá por 1936 a rodar para la industria hollywoodiense su película Furia. Esta revelación, sumada al potencial extraído de su querencia por el expresionismo y el art decó, y por supuesto un talento increíble para crear universos posibles y de gran belleza, harían el resto. Le Corbusier o Hilbersheimer se adherirían sin problemas a esta estética industrial. Cuenta Lang que los bocetos originales de la ciudad simulan rascacielos de vidrio parecidos a los diseñados por Mies van der Rohe para la Friedrichstraße en Berlín, o los bocetos de Ludwig Hilberseimer en su propuesta de remodelación de Berlín. Lang es creativo, pero a su vez heredero de una tradición estética que le ata a estándares arquitectónicos propios del Manifiesto Futurista firmado en Milán el 11 de julio de 1914. Dicho manifiesto plantaría las bases de la arquitectura moderno: uso de materiales duraderos (hierro, hormigón y cristal), sencillez, rigor técnico, fusión entre lo moderno y lo clásico, primacía de una ciudad imaginada, futurible,...

Esta fascinación por Metrópolis ha suscitado en millones de espectadores hasta ahora la revelación de una metrópolis futurista, inspirando a numerosos realizadores la recreación de sus propios universos urbanos. Incluso la UNESCO ha incluido Metrópolis en su programa Memoria del Mundo.


Nuestra memoria cinéfila podría realizar por sí sola innumerables flashes de escenas exquisitas donde la ciudad es un personaje más, o bien se siente cómo su belleza viste la trama de una luz y una textura mágicas. Recuerdo Cielo sobre Berlín (Wenders, 1987), y -¡cómo no!- a ese mono gigante colgado del Empire State Building.

Para abrir boca, aquí va una píldora: la mirada de Michael Mann a la noche de Los Ángeles en Collateral.

Una delicia para los ojos (y los oídos).



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