DERECHO DE FAMILIA


Esta tarde he visto la argentina Derecho de familia, de Daniel Burman, que ha sido seleccionada por su país para los Oscar 2007, se exhibió en la sección oficial de la pasada Seminci y fue seleccionada para abrir la sección Panorama Especial del Festival de Berlín 2006. Se trata de la cuarta película del realizador y la última de una trilogía completada por Esperando al Mesías y El abrazo partido (la que queda es Todas las azafatas van al cielo). En esta ocasión, ha querido plasmar en tono de comedia «la manía que tenemos todos de reparar los errores de nuestros padres con nuestros hijos». Ariel Perelman, padre viudo y abogado prestigioso, tiene un hijo también padre (de un estupendo chavalote de dos años y medio, interpretado por el propio hijo del director), también Ariel y también abogado (aunque de causas perdidas). Ariel-padre muere y Ariel-hijo deconstruye su propia relación con su hijo y en general su papel en el mundo. Estupenda escena en la que Daniel Hendler -actor que interpreta al protagonista, y que ya vimos en la sobria pero soberbia Whisky- se implica con sufrido estoicismo en la tarea de ir a las actividades del colegio suizo de su hijo.

El director ya trató en su anterior película El abrazo partido las consecuencias de la ausencia paternal y su papel en la necesaria construcción de la identidad personal. Por cierto, me resisto con esfuerzo a interpretar esta cinta -así lo haría todo hábil psicoanalista argentino, es decir, todo argentino- como la catarsis del pueblo argentino en busca de su identidad perdida tras la debacle del crack económico. Me lo he tomado más en clave personal, cosa que por otra parte va más en la línea de esta cinta sencilla pero bien trazada, con unas estupendas y naturales interpretaciones. El único problema de estos sencillos guiones es pedirles peras, cuando lo más dan buñuelos de viento.

Por eso defraudará a los incondicionales del sociodrama argentino o a los que busquen historias densas con las que hacer introspección. A los que nos dejamos llevar una tarde de frío por el calentito de una sala de proyección, sin esperar más vela que la que nos quite algún témpano, pues bien; una película a recomendar como merienda ligera con personajes muy creíbles. Pero nada más, que no es poco.

Nos vemos en el cine...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La película es interesante. El 1ero vi en video Buena Vida Delivery y me gusto bastante. Aunque me quedé con la incógnita de que lugar de Argentina lo filmaron.