Bosque de sombras


Más paja que perros

Primer largo del bilbaíno Koldo Serra, pero no su primera experiencia. En 1993 realiza su primer cortometraje Sick of you, con el que gana en el Cinema Jove de Valencia. Le siguen La noche de autos, Háchame!, y Amor de madre (1999) y El tren de la bruja (2003), todos muy jugosos. Con este último gana muchos premios, entre ellos el Meliés de Oro al Mejor Cortometraje Europeo de Cine Fantástico de 2003. También le ha dado al spot televisivo (Licor 43, Bizkaia Turismo, Galicia Calidade) y al video-clips (El sueño de Morfeo, OBK, Extremoduro, Siniestro Total) como realizador, ayudante de dirección, guionista y dibujante de storyboard. El muchacho también le da al diseño gráfico, como cartelista para festivales de cine y muestras de cortometrajes. Ha publicado un álbum de cómics titulado La bestia del día. En fin, Koldo sabe del oficio, aunque necesite muchas más muescas en su revólver.

En tiempos de sequedad creativa, esperamos que noveles realizadores nos saquen de la oscuridad y nos deslumbren con sus óperas primas frescas y desprejuiciadas. Pasó con Amenábar o el pequeño de los Trueba, y a Koldo Serra se lo ha presentado en los medios como un prometedor debutante que va camino de darnos buenos momentos de cine –por cierto, Amenábar también debutó con un thriller, género goloso pero muy difícil de arrancar la atención del público, quizá por la saturación-. No dudo que Koldo vaya por buen camino. La verdad es que la factura técnica de Bosque de sombras es sobresaliente, y al debutante se le nota que sabe llevar la cámara donde se precisa. Y los exteriores guipuzcoanos son mágicos. Pero deja de contar. El casting es deficiente –exceptuando a Oldman y Homar-, tanto o más como lo es el doblaje (¡es penoso oír a Aitana!). Los actores que interpretan a los hermanos –un debutante Jon Ariño; Andrés Gertrudix, que a ratos es el más creíble; y Kándido Uranga- son de comic. Aitana está -además de irreconocible- insípida, al igual que Paddy Considine, que por mucho que se haga el duro, sigue siendo un memo toda la cinta. Sólo a Virginie Ledoyen –una Natalie Portman a la francesa- se le notan las tablas, aunque Koldo la desaprovecha; hubiera estado genial utilizarla para levantar la acción, corriendo por esos bosques de Artikutza. Oldman y Homar están tremendos allá donde vayan, aunque el guión no da para mucho más.

Koldo toma de referentes fílmicos dos muy superiores cintas de las que dice beber su Bosque de sombras: Defensa (Boorman, 1972) y Perros de paja (Peckinpah, 1971). Y es cierto, son referentes directos, tan directos que hay escenas del guión –escrito por Koldo y un colega- que sobreviven de los originales. Véase si no la escena en la que una sensual Virginie Ledoyen moja su blusa en una fuente, dejando ver sus pequeños pero turgentes pezones –como los de Susan George en Perros de paja- ante la mandíbula desencajada del que parecía el tonto del pueblo –un excelente David Warner en Perros de paja-, y más tarde delante de todos los lugareños del bar, y todo para llamar la atención de su pusilánime maridito. Quien haya visto Perros de paja sabe de qué estamos hablando. Sólo que en la cinta de Peckinpah la tensión crece pausada pero eficaz, cosa que no vemos en Bosque de sombras. A ello contribuye muy mucho el hecho de alargar en exceso la presentación de los personajes y sus conflictos emocionales. Exceptuando la escena inicial en el bar, tras una hora de película no ha sucedido nada, y ya nos esperamos cualquier cosa. Es tarde para apurar el drama que se va a desencadenar.

No menos cercano a Perros de paja quieren parecer las escenas del intento de violación o de la aparición del grupo ante la puerta de la casona. Respecto a Defensa, encontramos parecidos no sólo en el entorno elegido y mal aprovechado por Koldo para crear inquietud en el espectador, sino también en la idea igualmente desaprovechada de que los seres humanos se transforman en bestias cuando de supervivencia (defensa) se trata. En Bosque de sombras, el entorno no se presenta tan hostil como sí lo parece desde el principio el de Defensa de Boorman. La presentación de los lugareños en el bar es ñoña, de geriátrico. Por muchas caras que pongan los actores, no sentimos que allí vaya a pasar algo gordo y acojonante, más allá del teaser que pudimos ver en la tele. En Perros de paja, Peckinpah nos va acercando con sigilo pero sin pausa a la tragedia a través de la desapasionada relación entre el escritor y su mujer, y los actos de exhibicionismo de ésta ante un grupo de lugareños emocionados al ver pasear desnuda a la casera por las ventanas de la casa. En Bosque de sombras la tensión llega tarde y sin motivos que la hagan creíble. En este sentido, los fallos de guión son fatídicos, desmereciendo lo que podría haber sido una película sugerente. Si Koldo le hubiera dejado el guión a alguien más capaz o iluminado, todo se habría resuelto de otra forma. No basta una fotografía correcta con paisajes deslumbrantes para atraer la atención del un público hacia un género tan difícilmente copiable y, cuánto más, superable. Aún así, entretiene, que es siempre la mitad de lo que un director debiera esperar de toda creación.

Será para la próxima, Koldo.

Tráiler de la película

Homenaje a Perros de paja

Escena de Defensa


Nos vemos en el cine…

Comentarios

travismagee ha dicho que…
Hola, amigos,

Aunque me haga daño el decirlo, reconozco como mías varios de tus puntos de vista.
Se puede decir que no le ha salido como pretendía al bueno de Koldo, pero no está mal, considerando, sobre todo, que es su primera película.
Con pulir guión y algún detalle de ritmo, su próximo trabajo (esperemos que no se demore mucho) podría ser un éxito total.
Tiene la fuerza necesaria, sólo le faltan tablas. Y eso se consigue con la experiencia, no cabe duda.
Le deseamos lo mejor a Koldo y todo su estupendo equipo.

Un saludo a todo/as.

Iñaki (Travis)