The host



¡Apaga la tele y comamos a gusto!

(Esta crítica incluye información sobre escenas de la película)

El género de terror nos ha dado escasos pero excepcionales momentos de buen cine político –en mi memoria están La noche de los muertos vivientes (Romero, 1968) o La invasión de los ladrones de cuerpos (Siegel, 1956), y también la inestimable M, el vampiro de Düsseldorf (Lang, 1931)-, que si bien podrían no sintonizar con la sensibilidad de un público nada receptivo a ligar buen espectáculo con metáfora intelectual, por lo menos el disfrute por la puesta en escena siempre lo vamos a agradecer. Es el caso de The host, una más que buena película política, y una no menos convincente y disfrutable (a ratos, pero ¡qué ratos!) película de terror.

Ya en Crónica de un asesino en serie, Joon-Ho (no confundirle, por favor, con John Woo) nos demostraba que sabía conjugar con inteligencia un thriller con intenciones que traspasan los temas peregrinos de ese género adolescente, para regalarnos una obra que destila sin fuegos de artificio una feroz crítica al retraso y corrupción institucionales que vive su país, Corea del Sur. Sin embargo, mientras que en aquella ocasión Joon-Ho conduce su narración hacia un relato poético y amargo, sin ofrecernos esperanzas o refugios a los que asir nuestro ánimo, en The host parece convencido en que sólo desde abajo, desde la construcción de una verdadera ciudadanía activa, puede su país atacar al Leviatán que adormece y convence de que la mejor opción es callar y esperar a que el virus (inexistente, por cierto) del retraso y del derrotismo se disipe.


En este sentido, la familia protagonista representada en la película deviene como una metáfora plural y lúcida sobre el estado de ánimo del ciudadano coreano: el padre torpe, aniñado y casi siempre dormido; el licenciado en paro, idealista y avergonzado de su empobrecida familia; la hermana medallista, que actúa siempre tarde, condenada al triste bronce… Y la niña, esa niña presentada por el director como la más capaz de morder a la bestia desde dentro y sin acobardarse, es la esperanza de una Corea tan adormecida como su protagonista, tan convencida de su inutilidad como ese padre despertado tan sólo por la tragedia de ver morir a su hija...

Igual que en su anterior película, el realizador coreano mete sin sutileza varios dedos en la llaga sobre la situación en su país. Sólo el arranque y el cierre de esta película lo dicen todo. Un funcionario traído del aliado y envidiado Estados Unidos –es digno de Charlot la escena en la que el equipo médico se cuadra y simula eficacia al ver cómo llega su homólogo americano- es (no lo olvidemos) el desencadenante de la tragedia, sumado al sentimiento de inferioridad y el adocenamiento del ciudadano coreano. La postura del director respecto al intervencionismo americano es muy clara, así como lo es también la visión de unas instituciones frágiles, corruptas y poco profesionales, que maquillan la realidad. A este respecto, apréciese la causticidad de la escena en la que el funcionario enfundado en su mono amarillo enciende la televisión para informar a los afectados.

The host no puede por tanto ser tomada como una película de terror al uso (americano), aunque escenas como el ataque de la bestia en el parque o las terroríficas regurgitaciones del animal en el pozo del alcantarillado sean dignas de Tiburón o Alien (así es como nos presentan esta película los carteles y vídeos promocionales). Muy por encima de lo espectacular y palomitero (que ya por sólo estas razones es una propuesta estupenda para disfrutar de dos horas sabáticas), The host exorciza con eficacia los miedos y deseos de la sociedad contemporánea coreana, y por extensión, como ya lo hiciera la estilizada V de vendetta, de todas los países occidentales (y occidentalizados), inoculados por el virus mortífero de la desidia y la desesperanza. Quizá lo más hermoso de la película sea la escena en la que el padre (la familia entera) lucha por sacar de las entrañas de la bestia a su hija. Y esa lluvia que lo envuelve todo en las películas de Joon-Ho, como lavando, a quienes empapa, de la oscuridad que los envuelve (en la iconografía oriental el agua parece poseer esa doble función de mensajera de la fatalidad –véase The ring o Dark water-, y a su vez restituidora del orden). Y ese padre, acercándose al niño que su hija rescató y que él mismo adoptará como suyo. Y, sobre todo, ese final iconoclasta e irónico, digno de Billy Wilder.


Web oficial en español

Web oficial en coreano

Tráiler en español (vía Youtube)

Nos vemos en el cine...

Comentarios

travismagee ha dicho que…
Hola, amigo/as,

Completamente de acuerdo contigo en tus valoraciones aunque, por mi parte, y dado el desconcierto que me produjo su visión, no estoy seguro de que me haya convencido del todo.
Es muy estimable, original en muchos aspectos y tiene indudable interés, pero otra cosa es que sea una obra maestra como se ha dicho por ahí.
Lo cierto es que no creo que llegue a tanto, pero sí que merece la pena su visión.

Un saludo.

Travis (Iñaki)
victor trujillo ha dicho que…
hola ojo de buey soy victor trujillo de muchocine.net

te gustaría colaborar para muchocine? escribeme a webmaster@muchocine.net

enhorabuena por tu crítica sobre the host!
Golightly ha dicho que…
Hablando de cine crítico de terror, Ojo de buey, ¿crees que podría definirse como tal "La semilla del diablo"? (Polanski, 1968, título original "Rosemary´s baby? Recuerdo sorprendentes alusiones en ella a personajes muy representativos (y reales) de finales de los sesenta, del mundo de la política y de las instituciones religiosas, entre otros...
Ramón Besonías ha dicho que…
Hola de nuevo, Golightly. Me alegra leerte.

No diría yo que "La semilla del diablo" pueda meterse dentro de ese saco, aunque se deriven temas similares de su propuesta. Cuando me refería a "cine político de terror" más bien lo asociaba a que toda la historia que se narra sea una metáfora más o menos evidente de una crítica política.

En la película de Polanski se aprecian más o menos temas recurrentes de su filmografía como la represión (casi siempre sexual), los deseos de (auto)destrucción, los convencionalismos sociales y la capacidad neurotizante de las sociedades contemporáneas. Si eso es político, entonces sí, "la semilla..." puede ser acertado en el club.

Esperamos todos pronto una nueva aportación tuya.

Nos vemos en el cine...
Ramón Pérez Parejo ha dicho que…
Estimados amigos. Soy Tanhausser. El domingo fui al cine. En el fondo quería que aún no estuviera en cartelera Cartas desde Iwo Jima porque en realidad quería ver la de monstruos, esto es, The host. Hubo suerte o desgracia, según se mire por estos lares, y aún no estaba la de Clint, así que piqué billete para este vicio inconfesable (léase una entrada anterior sobre el asunto) de las pelis de monstruos, por las que siempre he sentido infantil e irracional atracción, pese a que cinematográficamente casi ninguna me ha satisfecho.
Mi decepción fue total, peor incluso que con las malas pelis del género (Godzilla, Anaconda, Arañas y en este plan). Sé que con esto voy en contra de mi querido Ojo de buey, del Fotogramas (aún o entiendo las 5 estrellas) y de las críticas internacionales, pero a estas alturas de la vida como que me da igual.
The host no es una película de mosntruos. Roza el delito mencionarla al lado de esas dos obras maestras del género que son Alien y Tiburón. Pero también atenta contra el buen criterio compararla con esos clásicos que menciona Ojo de Buey, especialmente con La invasión de los ladrones de cuerpos que, en efecto, presentan una gran carga política.
Y lo digo porque no es ni una cosa ni la otra, ni chicha ni limoná, ni monstruos ni política. De acuerdo que a veces hay reflexiones políticas pero son planas, explícitas y se ven venir desde lejos, tanto que chirrían en la peli. Pero lo peor de todo es que la peli nio tiene unidad de tono. El director nos ha querido dar una-de-monstruos-con-mensaje-político-que-sea-a-la-vez-comedia-y-tragedia y se ha pasado en sus pretensiones. Conste que me encantó Memories of murders, su anterior película, una auténtica obra maestra. Pero aquí no cuela, no me convence en absoluto. O haces una tragedia, colegui, o haces una comedia, y digo yo que donde hay bichos que se comen a la gente sin compasión y sin atisbo de ética ni ulterior arrepentimiento la comedia como que no pega, ni esos gags estúpidos de uno que se resbala tontamente, otro que se cae como en el cine mudo, otro que sale disfrazado de Agente de protección civil a la manera (es una copia chabacana) de Monstruos S. A., otro que se duerme mientras habla u otro (esto ya es para nota) que se tira un pedo. ¡Venga ya, hombre, no jodas! Ha de haber unidad de tono (o comedia o tragedia) igual que hay unidad de acción. La tragicomedia, amigo, déjasela a otros, que es cosa más fina, y son muy pocos quienes lo han logrado.

Quiero, de todos modos, salvar de la película algún aspecto técnico que me parece realmente interesante. El director logra extraerle un gran partido al misterio y el terror que pueden desprender las galerías, los puentes y las corrientes del río Han. Sabe cómo hacerlo y cómo transmitirlo.

Y una última cosa. ¡Cuándo se ha visto que en una de mosntruos no haya un final mínimamente abierto, no sé, los huevos de Godzilla, los genes de los dinosaurios, los ojos de la anaconda, el alien pegado a la nave, etc. En una peli de bichos siempre ha de quedar algo de misterio para acojonar al personal y que no se quede del todo tranquilo, y aquí eso no lo hay. Aquí murió el bicho sin descendencia, se murió el perro, se acabó la rabia ¡Qué falta de respeto con la tradición y con el género! Tampoco me quiero cebar porque me conozco, pero es que resulta que este bicho (mezcla de alien y marrajo de los que había en las quebradas del Guadiana) no da miedo del todo. Creéis que alguien se hubiera atrevido a tirarle una lata de cerveza a Tiburón, una señal de tráfico a King-kong, una flecha olímpica a Alien, un cóctel molotov a las hormigas de Cuando ruge la marabunta. Pero hombre, dónde vamos a parar dentro del género. Que no, que no... y que no.

Un saludo.

Nos vemos en el cine, pero en otra.

Tanhausser
Ramón Besonías ha dicho que…
Cine asiático = reglas cinematográficas diferentes, tradición iconográfica peculiar, mezcla de manga, terror acuático ancestral, país en vías de democratizarse (si dejan hablar al pueblo, claro),... Extrapolar su mirada a nuestra forma de percibir determinados géneros deviene en aburrimiento y estupefacción ante los resultados de este producto que es "The host".

Te comprendo, Tanhausser. Es un efecto de la mirada comprensible y necesario. A mí me seduce y me motiva porque sí (cosas del irracional gusto estético), y percibo en esa descomposición de las reglas del cine occidental (incluído el nigromante Spielberg) un futuro alentador, no sólo para este inclasificable esperanto de géneros sino para muchas otras producciones asiáticas que escandalizan (por poco tiempo) la mirada del espectador acostumbrado a disfrutar de monstruos que sólo son eso, y finales que piden un susto más y hasta el infinito.

Un saludo, amigo Tanhausser. Y nos vemos en el cine, en ésta y en las que nos echen y que el cuerpo aguante.
Anónimo ha dicho que…
es una genial obra , enhorabuena por el blog, saludos
Raquel ha dicho que…
Bueno, yo me metí a ver The Host totalmente por casualidad, y todavía sigo desconcertada. Es evidente que no es una película de monstruos al uso, pero tanta amalgama de géneros no me terminó de convencer. Eso sí, me eché unas cuantas risas con todos esos puntos de un humor tirando al patetismo surrealista... Los momentos que más me gustaron fueron los que protagoniza la niña en la alcantarilla, me vino a la mente "La tumba de las luciérnagas"...

Saludos.
Anónimo ha dicho que…
PERO COMO SE PUEDE SER TAN CARADURA!! ESA MAGNIFICA CRITICA NO LAS HAS ESCRITO TU, IMPOSTOR!! LA HA ESCRITO EL USUARIO "ULISES" DE FILMAFFINITY, COMPROBADLO!! SU CRITICA SALE EN LAS CRITICAS DE THE HOST! COMO SE PUEDE TENER TANTA JETA?!?! POR FAVOR, Q VERGONZOSO Y PATÉTIKO, ATRIBUIRSE EL MERITO Y EL TALENTO DE OTROS, ABERRANTE.
Ramón Besonías ha dicho que…
Estimado "Anónimo". Siento tu decepción. Pero no te alteres. Se debe al malentendido de que en realidad firmé esa crítica (la única que he realizado para Filmaffinity, web excelente a la que enlazo películas, directores y actores) con seudónimo "Ulises", y no como "OjOdebuey".

Hoy mismo podrás ver cómo he cambiado mi nick por el de "ojodebuey", y no "Ulises".

Gracias por leernos y espero verte por aquí y aportar tu sentido de la honradez e inteligencia.

Gracias por tu piropo respecto al artículo.

Un saludo de OjO de buey (o Ulises, como prefieras)