El amor en los tiempos del cólera

Las obras de García Márquez han sido llevadas al cine en varias ocasiones: La viuda de Montiel (1979), Eréndira (1983), Crónica de una muerte anunciada (1987) y El coronel no tiene quien le escriba (1999), esta última de Arturo Ripstein. El resultado ha sido casi siempre poco convincente, probablemente a causa de la comparación inevitable con la extrema calidad literaria de los libros en el que se basan. No hay muchas películas que superen en calidad a obras con una calidad contrastada. Pero entre ellas se hallan ciertas joyas: Blade Runner, El Padrino, Matar a un ruiseñor, Los santos inocentes.

Este no es el caso que nos ocupa, el de la película El amor en los tiempos del cólera, basada en la obra homónima de García Márquez. Sin embargo, no voy a destrozarla, pues hay aspectos interesantes que quiero resaltar junto con otros que, obviamente, voy a criticar, para avisar a quien vaya a verla de qué se va a encontrar. Sé que a la película le precede una crítica malísima, y que, probablemente, se veía venir desde el principio por la razón arriba apuntada. Pero, ¿qué otra cosa se puede hacer?

El guión no es nada malo. De hecho, cuenta con el visto bueno de Gabo, y el relato de los acontecimientos tampoco está mal. No en vano, Mike Newell es un director con garantía (Cuatro bodas y un funeral, Donnie Brasco -estupenda cinta de gángsters-, La sonrisa de Mona Lisa o Harry Potter y el cáliz de fuego). Los guionistas no se han dejado nada importante sin reflejar. Los principales amoríos del protagonista (al menos los que yo recuerdo más vivamente de mi lectura) están mostrados convincentemente. La relación Daza-Urbino está bien contada y da buena réplica a la de Daza-Ariza. Es lineal, efectiva, y, cuando se la ve decaer, los guionistas han recurrido oportunamente a frases del texto para levantar con palabras hermosas lo que los fotogramas sólo pueden esbozar, a paisajes espectaculares de ciudades costeras colombianas o de la inmensidad del Orinoco o, en último término, a unas canciones interpretadas por Shakira que, verdaderamente, suenan bien. Quiero decir con todo esto que creo que, aunque se pudiera haber realizado una mejor película, esta no es mala como guión y como relato de unos hechos de corte romántico.


¿Qué falla entonces, por qué no acaba de convencer, cuáles son los problemas? Hay varios. Lo primero, el maquillaje. Hay que decirlo claramente: hacía tiempo que no veía un maquillaje tal penoso. Es malo en sí mismo, en cada actor por separado, pero además es malo comparando a unos actores con otros en mitad de la película. Por ejemplo, cuando se encuentran Florentino Ariza y Juvenal Urbino en el despacho de Ariza encontramos a un Florentino mucho más viejo que Juvenal, cuando antes los habíamos visto prácticamente de la misma edad, incluso a Florentino más joven en las primeras escenas de la película. El envejecimiento de los actores es patético, y llega a su clímax negativo al ver el desnudo de Fermina Daza en las escenas finales en el barco, donde queda a las claras el montaje. Aún hay más sobre el maquillaje: la realización de cámara y ángulos exhibe una osadía fabulosa pues --ignorando lo malo que es el maquillaje-- se recrea en unos primeros planos de las caras de los protagonistas que queda aún más al descubierto las carencias y atropellos de los maquilladores así como la mala calidad de los afeites empleados en la causa. Una pena.

Otro de los grandes desaciertos de la película es contar con dos actores para el personaje de Florentino Ariza (Unax Ugalde y Javier Bardem) y, paradójicamente, no tener dos actrices para Fermina Daza, cuando tienen el mismo protagonismo y envejecen a la par. Es algo que no se entiende. Además, pasa de un personaje a otro en un tempo narrativo de un año. Un verdadero dislate.


Pero quizá el mayor problema de todos es que no nos creemos a Javier Bardem en el pellejo de Florentino Ariza. ¡Ojo! Y no es por el bueno de Bardem, que será seguramente el mejor actor español vivo. El problema es que no está bien hecho el casting. Para ese personaje necesitamos a un actor con los rasgos mucho menos marcados, no con esa cara de psicópata que siempre tiene Bardem (veréis cómo en No country for old men lo borda, porque allí está medio loco). Aquí hubiese pegado un tipo Jeremy Irons o, para no picar tan alto, un tipo Sbaraglia o algo así, algo más etéreo. Quien haya leído la obra sabe a qué me estoy refiriendo.

En suma, un intento razonablemente bien resuelto calibrando la dificultad narrativa de la empresa y la calidad de la obra en la que se basaba, aunque quizá no la mejor factura de las posibles.

Salud.

Tanhausser

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estoy totalmente de acuerdo,lo del maquillaje es bastante penoso y la vejez desnuda de Fermina Daza,impactante,de lo mal que hicieron el montaje.
Tampoco entendí el cambio de actor en Florentino durante la juventud y no hacerlo también en Fermina.

En cuanto al resto,creo que está bien contada,ya que el libro es muy extenso y no se puede reflejar totalmente en la película.Las relaciones de los personajes están bastante bien captadas y contadas.

Bardem lo borda,como todos sus papeles,pero es cierto que sus rasgos son bastante fuertes para el papel de Florentino.Aun así,me gusta como lo hace una vez mas.Chapó!

Saludos a todos
Rafu ha dicho que…
No la he visto todavía...

Merece ser viste en el cine o en DVD pirata?

(asi veo otra)